miércoles, 31 de julio de 2013

VICTORIANO DEL RIO

Sábado por la mañana, pongo el despertador a las 06:30 para levantarme temprano y estar lo más próximo al amanecer en el entorno de Guadalix De La sierra, zona ganadera brava por excelencia,  concretamente en los alrededores de la finca El Palomar propiedad de Don Victoriano Del Río Cortés.

El frescor del amanecer junto con la ilusión de ver los toros de cerca en el campo, fueron la conjunción perfecta para disfrutar de una mañana campera.

Antes de acceder al camino principal me metí por un carril paralelo,  lleno de maleza e intransitable para los vehículos, cortado por una cancela en la que vi a los primeros animales. En ese cercado había animales de plaza de primera, segunda y tercera categoría y todos apurando los últimos resquicios de pienso suministrado previamente:



Este de la izquierda no me quitaba ojo, por fijeza Don Victoriano en éste no se preocupe:




A la vuelta por ese carril lleno de pasto, oigo tras una pared como dos toros barruntan la tormenta de la noche y ahí andaban la pareja y otro, mirándome fijamente desde lo alto del cerro:






 Subiendo por el carril mientras el sol iba apretando cada vez un poquito más, me encuentro a lo lejos un cercado con una manada de toros con el trapío suficiente para plazas importantes, mientras apuraban el pesebre antes de la siesta bajo el carrasco:




Abundaban los castaños, típicos de V.Río, los negritos y había uno jabonero salpicado botinero calcetero precioso, al cual me tiré mirando diez minutos y le saqué 12 fotos:


¿qué os parece? una pintura ¿eh?


Quien pudiera ver lidiar a este 82 ...


Más toros ...


Vaya tres tíos ...









Cada cancela del cercado tenía un número y éstas eran interminables, fincas custodiadas por paredes preciosas de granito que atesoran animales imponentes como estos dos pavos:





                                               Compartiendo cercado con este coloradete:


                                             Luego os contaré una historia de este colorado ...



Mirar que pavo oteaba el horizonte ...


Después de caminar un rato largo llego a la entrada de la finca El Palomar ...


Custodiada por un grupo de animales que disfrutaban del frescor del barro ...





... que disfrutaban de vistas como ésta...



Continuando por el camino el penúltimo cercado encerraba a los retoños de la ganadería ... 



            ... entre los que se encontraba este burraquito ... 


... y más hermanos ...


En el cerrado colindante aguardaban los adolescentes de la ganadería ...



                                                              Este ya apunta maneras ...




En busca del abrevadero ...


... con paso lento ...


... curioso como esperaban su turno para refrescarse ...


... paciente para beber ...


... misión cumplida ...


... y de vuelta a la manada ...


... y yo a casa  sin saber lo que me aguardaba. Volvía de camino con el sol calentando bastante mientras los toros buscaban las sombras y al asomarme a un cercado, donde había toros bastante imponentes, al otro lado de la pared se encontraba este colorado ... 


... nos miramos frente a frente a la distancia del grosor de la pared. Me quede inmóvil al igual que el toro sin saber qué hacer perdonándome el toro con la mirada hasta que llegó un ciclista y se asustó regresando con el resto de la manada ...


Vaya amiguitos los de éste colorado ...


                                                            ... pocas bromas con el 49 ...


Seriedad en sus miradas ...


¿gemelos?


Menudo manso el colorado melocotón, en cuanto me vio salió despavorido buscando refugio, menudos brincos debe pegar éste en el caballo ..


Con ésta anecdota ponía fin a una mañana más que interesante entre los cercados del Palomar, dónde quedé asombrado por la cantidad de toros que hay en el campo y el trapío de muchos de ellos, espero que les guste, hasta otra.